Estados Unidos, Francia y Alemania fueron las primeras potencias en repudiar este domingo un nuevo lanzamiento de un misil, que pese a haber fracasado, volvió a elevar la tensión que domina la región. "La provocación de esta mañana del Norte es simplemente el último recordatorio de los riesgos que encara cada uno de ustedes cada día", dijo Pence ante un grupo de militares estadounidenses durante una cena celebrada con motivo del domingo de Pascua en la céntrica base militar de Yongsan, en la capital surcoreana, según la agencia de noticias EFE. Pence aterrizó este domingo junto a su mujer y sus dos hijas en la base aérea de Osan, al sur de Seúl, poco después de que Corea del Norte tratara de lanzar sin éxito desde la localidad de Sinpo, en el este de ese país, un misil balístico que aparentemente estalló poco después de ser disparado. Este lanzamiento fallido, que aún no fue confirmado por Pyongyang, no sólo podría provocar una nueva reacción del Consejo de Seguridad de la ONU, en donde sus antiguos aliados -China y Rusia- ya comenzaron a sumarse a las condenas impulsadas por Seúl, Japón y sus socios occidentales; sino que imprimirá una tensión extra al clima que ya domina la región.